La Nación Quechua
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Abril 15, 2021Ocuparon un territorio tan vasto como su riqueza cultural
Luego de experimentar largas migraciones desde Centro América, un numeroso grupo se asentó en el corazón de la placa sureña abarcando un vasto territorio: ellos son los Tupi-Guaraní.
Antes del inicio de la Era Cristiana, se generó un movimiento migratorio que produjo una escisión. Por una parte los tupíes se dirigieron hacia la Costa Atlántica y hacia el norte, tomando el curso del Amazonas y sus afluentes. Por la otra parte, el grupo de guaraníes se movía hacia el oeste y sudeste, tomando la cuenca del Río de la Plata.
Las migraciones se dieron por diferentes motivos, uno de ellos fue la búsqueda de la "tierra-sin-mal". Se trata de una tierra fértil y apacible, donde se puede vivir a gusto, pero si la llegase a alcanzar el mal deben luchar para vencerlo o abandonar el territorio.
Los Guaraníes consideran males una tierra agotada -que ya no es apta para la agricultura- o la aparición de enfermedades, epidemias y muertes. Incluso un tercer síntoma es que se produzca en ella desorden, conflictos sociales o políticos entre los miembros y familias de una comunidad.
Los Guaraníes, emplearon canoas y balsas para viajar por los ríos, exploraban hasta hallar un lugar que cumpliera los requisitos del típico "paisaje Guaraní": terrenos surcados por ríos, de alturas más bien bajas y temperaturas moderadas.
Se trata de pueblos migrantes -lo que no quiere decir nómadas sin residencia fija- que buscaban tierras aptas para desarrollar su agricultura de maíz, mandioca, batata, porotos, maní, calabazas y zapallos, bananas, ananás, algodón, tabaco y muchas hierbas medicinales, cuyos excedentes motivaban grandes fiestas y distribución equitativa de productos conforme a una buena economía de reciprocidad y de dones.
La ocupación de nuevos territorios no siempre fue pacífica. A veces encontraban tribus locales muy fuertes que les impedían avanzar, y debieron torcer el rumbo. En otras, realizaban violentas conquistas y 'Guaranizaban' a los vencidos.
Luego de sucesivas migraciones que se prolongaron durante siglos, sus territorios ocupaban una extensa región del litoral que se extendía entre el río Tieté al norte, llegando hasta territorios hoy uruguayos; penetrando hacia el interior a través de las cuencas de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, instalándose en territorios paraguayos, sureste boliviano y el norte argentino donde además llegaron a habitar las islas del delta bonaerense.
La región que ocupaban era vastísima, y formaban distintos núcleos con denominaciones diferentes, separadas por enormes distancias y tribus de otros grupos. Su lengua fue aprendida por diferentes pueblos y fue útil para usarla en el comercio, y con el tiempo se convirtió en la lengua general conocida por las tribus del sur del Brasil, Paraguay, este de Bolivia y noreste argentino.
Debido a las migraciones se fueron instalando en lugares diferentes y así con el paso del tiempo, si bien conservaron los aspectos fundamentales de su cultura, fueron adquiriendo otros y tejiendo una historia propia.
A la llegada de españoles y portugueses a esta parte de América hacia 1500 los Guaraníes ya formaban una confederación de pueblos -la "Nación Guaraní"-, que tenían un mismo origen y hablaban un mismo idioma -con diferentes lenguas-, habían desarrollado un modo de ser que mantenía viva memoria de antiguas tradiciones y se proyectaba hacia el futuro practicando la agricultura.
Los Jesuitas respetaron en gran parte la unidad del territorio Guaraní entre los ríos Paranapanema, al norte, el Río de la Plata al sur, los Andes al oeste y el Atlántico al este, fundando en los siglo XVII y XVIII más de medio centenar de pueblos.
El colonialismo europeo, tanto portugués como español, explotó la mano de obra Guaraní, causando muerte y destrucción cultural. El colonialismo actual es igualmente agresivo, al despojarlos de sus tierras y fragmentar sus territorios.